Nació en la ciudad de San Francisco del Rincón, Gto., el día 20 de agosto de 1907, siendo sus padres el señor D. Romualdo Barrera y Dña. Carmen Mireles. Desde pequeña la acompañaron amorosamente sus cuidados, preocupándose por brindarle una esmerada educación en todos los aspectos. Junto con su hermano gemelo José, fue la penúltima de siete hermanos.

A los nueve años perdió a su madre y tuvo que sufrir, junto con sus hermanos, los malos tratos de la segunda esposa de su padre. Tenía un grande amor a su papá y esto le ayudó a sobrellevar las intransigencias de su madrastra, al morir éste, su hermano Francisco, casado llevó a las dos más pequeñas, a vivir con él a la ciudad de Torreón, Coah.

Escuchó la voz del Señor, que la llamó a consagrarse totalmente a su servicio; alentada por el ejemplo de su hermana religiosa, ingresó al postulantado del Instituto Hijas del Sagrado Corazón de Jesús el día 11 de febrero de 1937. Tomó el hábito el 15 de agosto del mismo año y en 1939 emitió sus primeros votos, consagrándose perpetuamente a Dios por mediación de María Santísima, el día 15 de agosto de 1945.

Durante su vida religiosa sirvió a Dios en el Instituto en diversos y delicados cargos desde juniora. Fue siempre muy atenta y servicial velando por el bien de las hermanas a ella confiadas. Desde el inicio de su vida religiosa se distinguió por una sólida vida espiritual y un vivo espíritu de reparación; le acompañó siempre un padecimiento del estómago que ella sufrió con paciencia. La caracterizó un espíritu alegre y bromista aunque siempre observante y caritativa, supo poner al servicio de sus hermanas sus dotes de cocinera y costurera. Fungió como superiora en las fundaciones de las Casas de San Francisco del Rincón y de Monterrey.

Durante 59 años de vida consagrada, día con día fue entretejiendo una vida de fidelidad, alimentando la llama de su lámpara con el bálsamo del amor a Dios y a los hermanos hasta la consumación total de su entrega.

Escuchó la voz dulce y consoladora de Jesús, diciéndole". Como virgen prudente fue hallada e invitada a entrar en el Banquete de bodas y a participar en el gozo de su Señor.
Purificada como el oro en el crisol con una larga enfermedad, el Señor la llamó a su presencia el día 8 de agosto de 1998.