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Padre Luis Ramírez

ENTREVISTA AL PADRE JOSE LUIS RAMIREZ

¿Cuándo conoció Ud. a Mons. Oláez?
Yo conocí al Señor Oláez cuando ingresé al seminario leonés. Por entonces el señor Oláez era el Vicario General, pero tuve la oportunidad de oír hablar a aquellos sacerdotes que el señor Oláez los había formado cuando era Rector y cómo se expresaban acerca de él; también oí a estudiantes y coincidían todos en lo mismo: y siempre oí que lo alababan por su rectitud en su gobierno.
Había en la administración de su gobierno un total desinterés de las cosas materiales, para él lo que valía era el bien espiritual de las almas, y su salvación.
Es cierto que en esto de peticiones sí se mezcla muchas veces el interés de beneficios personales a veces en sacerdotes o párrocos, pues yo oía decir mucho que el Señor Oláez, era muy delicado en esto y cuando notaba esta clase de interés les decía: "pues eso es, ya vete"… o sea que su rectitud fue siempre muy grande en su gobierno, y hacia que cada uno cumpliera con su cometido, sin excepción de personas, en él no había intereses materiales. Como sacerdote era íntegro, eso puedo decir en lo que yo observé y comprobé, lo que sobre él decía otras personas, era conforme a la verdad.

¿Cuándo el Señor Oláez quería que se cumpliera una orden, sabía imponer su voluntad, y quizá más de alguna vez era autoritario, exigente, impositivo?
Mire, esos términos que Ud. usa no me parecen nada correctos para una persona como lo fue el señor Oláez, los que lo conocimos vimos que sabía mandar, pero usaba de persuasión y cuando tenía o veía la razón de sus órdenes, las hacia cumplir; pero –mire usted, lo sabía hacer con caridad y aún más ese "pues eso es, hazlo", lo pronunciaba firmecito; si muy firme; pero había educación en él y puedo asegurarle que había dulzura, y naturalmente hacía obedecer; pero no diga Ud. que con autoritarismo, no, eso no se le vio a él.
Siempre vistió sencillo, como le decía: en el no se veían intereses materiales, nunca lo vi vestir con pompa. Yo asistí a la ceremonia de cuando lo hicieron Protonotario, todo ello fue sencillísimo, ahí no hubo lujos de ninguna especie y el mismo en toda su persona reflejaba su grande sencillez, su humildad, lo mostraba en su amabilidad, en su trato atento y amable. Aun cuando era un hombre inteligente y tenía cargos, no se le subió, siempre le vi así, y si la virtud se refleja, yo digo que el Señor Oláez reflejaba en su exterior esa humildad. Y yo creo que en las obras que hizo precisamente con la gente más pobre, más abandonada, esa que toda la sociedad desprecia, nos muestra que era humilde y trabajó con los humildes.

¿Qué rasgos nos podría decir Ud., Padre, de cuando Monseñor estuvo dando sus servicios como Vicario?
Cuando yo conocí al Señor Oláez en 1918, el Señor Valverde Téllez, estaba en México, porque él escribía mucho de Filosofía, de Historia, de Estadística y lo hacia allá en México, mientras tanto el Señor Oláez gobernaba la Mitra, yo mismo no conocía al Sr. Obispo y lo vi por primera vez cuando vino en 1919, para las primera ordenaciones que yo asistí.
A mí me mandaba mucho el Sr. Rector a la Mitra, y yo siempre veía ahí al Señor Oláez atendiendo a los asuntos de la Mitra, por cierto que colaboraban con el señor Oláez en la secretaría El Padre Guillermo Alba y el P. Ángel Martínez que era el Secretario, también ahí estaba el P. Miguel Enríquez. Y aun cuando ya había pro-vicario y que era el Sr. Villegas, siempre estuvo ahí el Sr. Oláez hasta que su enfermedad se lo impidió… fiel siempre en el cumplimiento del deber.

El Señor Oláez fue siempre muy adicto a sus Obispos y sabemos que desde el primero: Sr. Diez de Sollano hasta el último: Sr. Valverde, le distinguieron con una amistad especial. Ahora el Sr. Oláez lo manifiesta en el fiel cumplimiento de su deber: era muy activo en su ministerio y muy apegado al cumplimiento de sus deberes, cuánto más con el cargo de Vicario y de Obispo todas las veces que el Sr. Valverde se ausentaba?, pues también estuvo en Roma el Sr. Valverde y al Sr. Oláez le tocó lo duro de la persecución religiosa, del 30 de julio de 1926 hasta 25 de junio de 1929. Pienso que al dejarlo encargado de la diócesis, tuvo que pasarlas duramente; sin embargo lo supo hacer bien, porque siempre fue fiel a sus deberes.
Aun más le diré: fue un hombre que llenó su época tanto en el seminario como Rector por lo que impulsó la piedad, la cultura, la disciplina. Como Vicario, cumplió su deber con rectitud, con prudencia, con energía, pero con bondad como le decía antes.
Yo pienso, y me pregunto: Sí la heroicidad del cumplimiento del deber como lo observó el Señor Oláez, y que todos vimos que fue con heroicidad, la Santa Iglesia no lo considera como heroico, como de un hombre que fue perfecto en el cumplimiento del deber, yo no sabría a que llamar heroicidad. Pues vimos como el Sr. Oláez hasta el final, enfermo como ya estaba, seguía, fiel a sus deberes hasta que verdaderamente estuvo impedido… si, así es: trabajó hasta lo último, hasta donde él pudo… con un entrega total, solo por el bien de su iglesia, a la que siempre quiso hacer todo el bien que pudo, con aquél desinterés que siempre lo caracterizó , a él lo que importaba era la gloria de Dios, vi y oí del Señor Oláez y ahora aquí, tengo la alegría de referirlo. Sí, porque es necesario que se sepa la virtud de este eximio sacerdote, de los que ahora tanto necesitamos, y que espero que algún día llegue a los altares, así la Iglesia tendrá un nuevo santo y su congregación prosperará para continuar la obra tan grande, tan meritoria del Sr. Oláez.

Quiero aclararle que el Sr. Oláez en su manera de ser se mostraba atento; pero exigía que se cumpliera el deber y yo pienso que más de alguno lo tomo a mal; pero a él le gustaba que la pastoral estuviera atendida con celo, quería que las cosas fuera adelante; no le gustaba la pereza, menos el descuido; así trabajaba él sin perder momentos, porque fue siempre muy activo; pero lo mismo exigía a los que de él dependían. El hecho de que exigiera el deber, no quería decir que fuera un dictador. Trabajaba por la Iglesia y por la gloria de Dios y querían que todos sus Sacerdotes hicieran lo mismo. Pero sabía aunar la energía con la bondad, y cada uno en su propio puesto cumpliera con su deber. Quién le puede dar a Ud. muchos datos, más íntimos, es el P. Medrano que lo atendió muchos años. El P. Medrano si se Ordeno, fue precisamente porque el Sr. Oláez manifestó ese deseo y después su sobrino el Padre Rizo y Oláez: recordando la petición del Sr. Oláez, intervino mucho para que Medrano se ordenara, pues tenía un defecto que tartamudeaba mucho. Así que el P. Medrano debe al Sr. Oláez su Ordenación, y sencillamente para mí es el primer milagro del Sr. Oláez.

Mucho me satisface recordar cómo la gente hablaba de la caridad del Sr. Oláez, diciendo: "Hasta que hubo un sacerdote caritativo que se acordara de esas pobrecitas almas". Y admiraban el cambio que había en todas aquellas muchachas que después hacían tanta penitencia y oración, todo lo debían a la caridad del Sr. Oláez, que pensó en fundar una Congregación para que tuviera esa hermosa misión.
¡Qué fue lo que el Sr. Oláez, le movió a fundar esa Benemérita Institución?... el amor a Dios en que este sacerdote siempre tan edificante ardía, por eso las fundó: por su amor a Dios y su amor a las almas. Y no se concretaba solo a hablar sino que actuaba también.
Para mí el Señor Oláez fue un hombre de fe y de fe robusta no solo por lo que oía decir sino por lo que yo mismo vi. Es cierto que en las obras que el señor Oláez emprendió solo pudo ser el amor a Nuestro Señor lo que lo impulsaba a ir adelante; pero no cabe duda que de base a una fe muy profunda. El señor era pobre, Madre, muy pobre. ¿Cómo es que emprendió una obra de las dimensiones que ahora vemos? Que se haya extendido por toda la república y que cuente ya con tantas monjitas? Esto es fruto de la fe del señor Oláez, de su confianza en Dios en quien se abandono para ser dócil instrumento de lo que Dios quería de él.

Cuántos miles de almas se han salvado en sus casas, y ahora siguen aumentando y hasta un pensionado tiene ya, mire Ud. como se ha multiplicado la obra del Señor Oláez. Así que lo repito; el señor Oláez era un hombre de fe, un hombre de grande confianza en Dios; pero sobre todo donde aparecía un grande amor a Dios y a las almas.

Así que la obra de Uds. Tan difícil, una obra muy pobre, es una obra de fe y de confianza en la Divina Providencia para que puedan subsistir. El señor Oláez confiaría mucho en Dios y en que no les faltaría elementos para que la obra siguiera adelante… confiado en Dios empezó y la obra sigue adelante, ¡Gracias a Dios!.
No cabe duda que él desde el cielo las sigue protegiendo y estará con Uds.

Padre, ¿actividades pastorales la tuvo el Sr. Oláez?
El Señor Oláez estaba en el gobierno y desde ahí el hacia todo lo que le correspondía en el cumplimiento de su deber que como le decía era muy celoso del bien de las almas, y con total desinterés sólo por la gloria de Dios.
El señor Oláez, todo mundo lo decía, era un hombre ejemplar que a todos nos daba ejemplo en el cumplimiento de sus deberes. Mi tío Fran Pío Ramírez, que en paz descanse, le oí bellas expresiones del señor Oláez, como un hombre recto y que supo cumplir con sus deberes con verdadero heroísmo.

Esto es lo que yo vi, lo que yo supe de fuentes ciertas como eran los sacerdotes que formó, lo que lo trataban en la Mitra, los que fueron sus discípulos. Y que el pueblo mismo se expresaba siempre del Señor Oláez como de un Apóstol Santo, especialmente cuando empezó a trabajar en la obra de las "Hijas del Sagrado Corazón de Jesús", así que yo espero en Dios Nuestro Señor nos conceda que pronto lo eleven a los altares, que repito que sus virtudes sobre todo de caridad a Dios y al prójimo fueron las de un santo.
Bueno creo que con esto que he dicho, ya pueden Uds. Formarse una idea aunque sea muy pobre de quien era aquel Varón de Dios que se llamó Eugenio Oláez.
Dios Nuestro Señor sabe que he dicho las cosas como las vi, como las oí y que él nos conceda un nuevo santo en los altares.

Irapuato Diciembre de 1977.
Luis Ramírez, Presbítero.

 


Si deseas alguna información, hacernos sugerencias o enviarnos algún tema o simplemente escribirnos, puedes dirigirte con la Hna. Yoselin Gomez Melo.

Nombre: Instituto Hijas del Sagrado Corazón de Jesús I.F.C.J.
Fundador: Siervo de Dios Eugenio Oláez Anda
Cofundadora: R. M. Luisa de san José Marmolejo Rodarte
Lugar de fundación: León, Gto. México
Fecha: 15 de junio de 1920
Naturaleza: Instituto de Vida Religiosa y de Derecho Pontificio
Carácter: Instituto de Vida Apostólica

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