Verdaderamente debió haber asistido a N. Padre Fundador una especial inspiración del Espíritu Santo cuando escribió para nosotras sus cuatro conferencias, en las que nos dejó muy sabias y prácticas enseñanzas.
VIDA DE FE, VIDA DE AMOR, VIDA DE SACRIFICIO Y ESPIRITU DE COMPUNCION no son fruto de una teoría bien aprendida, sino resultante de una rica y madura experiencia de Dios vivida, y como tal, un desbordamiento de su carisma propio. El sólo título de cada una, nos habla muy elocuentemente sobre su respectivo tema.
Si las profundizamos y vivimos, sus principios sobrenaturales serán directrices que a modo de cimiento, sostenga el edificio de nuestra propia santificación y muy especialmente el trabajo de nuestro característico apostolado, por lo cual debiéramos meditarlas con frecuencia para extraerles el jugo que contienen y hacer de su doctrina una aplicación a nuestra vida cotidiana.
Forman una cadena de oro puro de cuatro eslabones imprescindiblemente unidos, ya que sin uno, no podría existir el otro.
Agradezcamos a Dios el valioso Don que hemos recibido y profundicemos día a día, la rica herencia que se nos ha legado…
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