¡Reine Jesús!

“Sabemos que  en todas las cosas,
interviene Dios para bien de los que le aman;
de aquellos que han sido llamados según su designio.
(Rom. 8 28-30)

Nació en el Pueblo de la Encarnación de Díaz, Jalisco, el día 6 de agosto de 1911, fue la segunda hija del cristiano matrimonio formado por Don Crescencio Ochoa y Dña. Juana Cardona.

Desde su nacimiento fue alimentada de una fe sencilla y sólida a la vez. Su piedad fue creciendo con ella y llegó a profesar un tierno amor a la Virgen María, a ejemplo de su hermana mayor, se hizo Hija de María y gozaba llevando flores a su altar y entonándole sentidos y fervorosos cánticos. El influjo de su hermana fue decisivo, habiendo optado por la vocación religiosa la H. María de San Andrés Ochoa, inspiró a su hermana a seguir con generosidad su ejemplo. Sin embargo las circunstancias para ella no fueron tan favorables, pues se oponía a su decisión la tenaz voluntad de su padre, que a toda costa quería evitar la entrada a la vida religiosa de su segunda hija.

Después de mucho tiempo de espera logró, finalmente, la autorización de su papá, y fue admitida por la R.M. Luisa de San José Marmolejo, como postulante en el Instituto Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, el día 20 de junio de 1935, comenzando con mucho fervor y fidelidad su vida religiosa. El día 24 de diciembre del mismo año vistió el hábito religioso, dos años más tarde hizo su profesión religiosa como Hija del Sagrado Corazón de Jesús. Emitió su profesión perpetua el año de 1943.

Sus superioras desde el inicio de su consagración la observaron como una hermana que "abnegada y servicial; en su obediencia es sencilla; en su pobreza exacta; en el trato con las hermanas no se le han visto faltas de caridad" fue además siempre muy alegre y entusiasta. Otra de sus superioras dice de ella: "en soportar su enfermedad se muestra sencillamente heroica. Desde que Salió del noviciado se le ha visto siempre la misma, afable, obediente, alegre, sencilla, piadosa". En esas virtudes perseveró contando con la limitación humana. Siendo ya mayor, se le preguntaba ¿qué hace? Y ella respondía "llenando mi lámpara de aceite", quería ser virgen prudente, teniendo siempre su lámpara encendida y preparada con aceite por si tardaba el esposo…

Además de las suplencias en el apostolado, desempeñó principalmente los oficios de Sacristana, Refitolera y Cocinera. En su ancianidad, se dedicó durante mucho tiempo a hacer reliquias para el jueves santo y algunas manualidades de rafia, mostrándose muy laboriosa, hasta que finalmente la enfermedad se lo impidió.

María Santísima ha tenido compasión de esta hija suya y ha intercedido por ella para que celebre hoy en el cielo la solemnidad de su Nacimiento en la tierra.

Nuestra querida hermana María de Jesús Crucificado ha sido liberada de las ataduras de esta vida terrena e invitada a participar de la bienaventuranza eterna.